viernes, 15 de marzo de 2013

El parque de la Ciutadella (I)


En anteriores entradas del blog os he hablado de los barrios de La Ribera, Santa Catalina y San Pere. Pero esta zona queda incompleta si no hablamos del parque de la Ciutadella. Fue construido en la segunda mitad del siglo XIX, en los antiguos terrenos de la fortaleza de la ciudad (de ahí su nombre), y durante muchos años fue el único de Barcelona, y el primero que se diseñó específicamente como parque público.
 
 
Tras la Guerra de Sucesión Española y el asedio de Barcelona, que finalizó el 11 de septiembre de 1714, el rey Felipe V construyó una ciudadela o fortaleza para mantener la ciudad bajo control. Para su construcción fue necesario derribar parte del Barrio de la Ribera, 1.200 casas. En total se desalojó a unas 4.500 personas que fueron abandonadas a su suerte.
 
 
Casi un siglo y medio después, y con el objetivo de obtener el apoyo de la burguesía industrial barcelonesa, el general Prim entregó la ciudadela a la ciudad, con la condición de que el solar debería dedicarse a parque público. La fortaleza militar la derribaron brigadas de voluntarios, comenzando por la prisión militar. De la fortaleza original quedaron sólo la capilla, el palacio del gobernador y el arsenal.
 
 
Con motivo de la Exposición Universal de 1888, el alcalde Francesc Rius i Taulet encargó la urbanización del parque a Josep Fontserè. La recuperación de estos terrenos permitió crear un gran espacio verde muy necesario en una Barcelona cada vez más masificada por el desarrollo industrial.
 
 
Son muchos los rincones interesantes y os invito a hacer un pequeño recorrido. Si no os queréis cansar podéis alquilar una ayudita.



Accedemos por el paseo de Lluís Companys, con el Arco de Triunfo al fondo delante del monumento a Rius i Taulet.


Entramos en el paseo de los Tilos.
 

 
Si miramos a la izquierda nos saluda el monumento que el pintor Antonio Clavé dedicó a la Exposición Universal en el año de su centenario (1988). Se trata de una estructura móvil, como evocación al trabajo con maquinaria industrial. Se compone de dos elementos: la gran pieza central sujeta en un bastidor de acero que da vueltas lateralmente sobre un gozne vertical; y 4 ruedas dentadas, dos de ellas de 4 metros de diámetro, que giran sobre sí mismas.
 


 


A la derecha  están los pabellones que aún quedan de la época inicial del parque y de la Exposición Universal de 1888. El primero es  El castell dels tres Dragons (Castillo de los tres dragones) obra de Domènech i Muntaner, y perteneciente a la primera época del modernismo barcelonés.
 
 


Es un edificio en forma de castillo coronado de almenas, construido con ladrillo visto y hierro laminado. Estas dos características le hacen especialmente interesante, ya que fue pionero en este tipo de construcción.
 


 
También destacan sus cerámicas: plafones que envuelven el edificio en azul sobre blanco. Su decoración es un programa naturalista de plantas y animales, incluyendo un buen número de bebidas y licores. En su creación participaron importantes artistas de la época.
 
 
Fue construido para funcionar como café restaurante de la exposición. Posteriormente se dedicó a diversos fines, el último de cuales fue como Museo de Zoología, hasta 2010, fecha en que el museo se trasladó al Edificio Fórum. Actualmente está cerrado al público por remodelación: será la sede del Laboratorio de Naturaleza y centro de documentación especializado.
 
 
Otras curiosidades del edificio:
 
-El día previsto para su inauguración no estaba listo. Por ese motivo Domènech i Montaner dimitió como arquitecto responsable.
 
-Todas sus vidrieras quedaron destruidas por la onda expansiva de los bombardeos aéreos durante la Guerra Civil.
 
-Dicen que tiene un símbolo masónico en las cerámicas: la estrella de mar es en realidad una estrella de cinco puntas, símbolo de la masonería, y en su centro puede leerse una G, que hace referencia al gran arquitecto del universo. Sin poner en duda a los expertos, la verdad es que a mí me cuesta de ver.
 
Otros edificios cercanos son el Invernadero y el Umbráculo, pensados ​​para cultivar y exponer plantas tropicales. Integran, con el Museo Martorell de Geología, ubicado entre los dos edificios, el conjunto museístico y científico que formaba parte de la reordenación del parque de la Ciutadella.
 
 
L’hibernacle (invernadero) es una construcción de hierro y vidrio diseñada por Josep Amargós el año 1884. Desde 2005 está cerrado al público y pendiente de una restauración que no llega.
 
 
El Museo Martorell Geología es de estilo neoclásico  y fue proyectado en 1879 por Antoni Rovira i Trias.


En el exterior puede verse una exposición permanente de diferentes tipos de piedra.
 
 





L’umbracle (el umbráculo) es un recinto singular diseñado por Josep Fontseré (1883) que integra el ladrillo, el hierro y un enlistonado de madera que procura sombra a especies subtropicales.
 




 
Frente al invernadero se encuentra la fuente de Josep Reynos  La font dels Nens, en forma de jarrón decorado con niños y flores. Data de los primeros tiempos del parque (1882), y está considerada como una de sus mejores piezas escultóricas.
 
 

Dentro del parque se puede pasear entre fuentes, esculturas y otros elementos ornamentales.

En 1951 fue declarado monumento histórico-artístico, y está considerado como un museo al aire libre.

Podemos encontrar, por ejemplo,  diseminados por todo el parque,   numerosos bustos dedicados a personajes ilustres de la cultura catalana realizados por los mejores escultores del momento. Yo no voy aquí a hacer mención de ellos, os los dejo a vuestro descubrimiento.
 

 
Si que haré mención de alguna otra escultura, como el monumento dedicado a Bonaventura Carles Aribau, situado en la glorieta del mismo nombre. (Josep Vilaseca, y  Manuel Fuxà. 1884).
 
 
Monumento dedicado a los barceloneses y barcelonesas que murieron en los campos de exterminio nazis. (André Fauteux.1987)
 
 
La cigüeña y el zorro, obra en mármol del escultor Eduard B. Alentorn, creada en los primeros años de apertura del parque.
 
 
 
Monumento a los voluntarios catalanes. Fue un encargo realizado a Josep Clarà y dedicado a los voluntarios catalanes en la Primera Guerra Mundial.
 
 
Se acabó en 1922, pero estalló el golpe de estado de Primo de Rivera y hasta el 14 de julio de 1936 (cuatro días antes de que estallase la Guerra Civil) no fue inaugurado. Durante el franquismo, el pedestal no lució ninguna leyenda y el desnudo fue cubierto con una hoja de parra. 33 años después, en 1972, se volvía a poner una placa conmemorativa.
 
 
Al final del paseo de los Tilos y cercano a la puerta que da a la Avenida del Marquès de l'Argentera podemos ver el monumento ecuestre del General Prim de Frederic Marès.
 
 
Espero que estéis disfrutando del paseo. De momento lo dejo aquí, en la  próxima entrada os enseñaré otros espacios emblemáticos del parque como la fuente de la cascada, el lago y el Parlament de Catalunya.


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